"Tuve que irme a la cama para no flaquear. Si no lo digo reviento. La noche que me besaste no había luna, ni bares abiertos por las calles. Tampoco agua fresca, porque habías olvidado rellenar aquella botella sin tapón."
Así comenzó su lectura Alicia Cereceda sobre las primeras líneas de mi texto LA NOCHE DE LAS VOCES, en la final del premio SKY MADRID.